domingo, 19 de junio de 2011

En poco tiempo relanzamiento del Boletin Parroquial

informamos a toda la comunidad cristiana de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, que el equipo editorial del Boletin ya ha sostenido reuniones preparatorias con el Parraco Pbro. Rafael Avisles, en las cuales se prepara el lanzamiento del Boletin Parroquial

miércoles, 28 de julio de 2010

Voz del Pastor

Mensaje de nuestro obispo Mons. Freddy Fuenmayor
Diocesis de Los Teques

DIÓCESIS DE LOS TEQUES:
TRIPLE CELEBRACIÓN

El pasado 24 de julio, cuando la nación recordaba el natalicio del Libertador Simón Bolívar y la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, la Diócesis de Los Teques celebraba una Eucaristía, presidida por el obispo y con la participación de la mayoría de los párrocos, en la Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Felipe Neri, con la presencia entusiasta de comunidades parroquiales, grupos cristianos, asociaciones de apostolado, religiosas, seminaristas, destacándose la presencia de numerosos jóvenes. Celebrábamos tres efemérides: el aniversario de la dedicación o consagración de la Catedral, el 45º aniversario de la fundación de la Diócesis de Los Teques y la clausura diocesana del Año Sacerdotal.

Aniversario de la Dedicación de la Catedral: hace once años, 24 de julio de 1999, fue consagrada en solemne eucaristía presidida por el entonces recién nombrado Obispo de Los Teques, el Arzobispo Ramón Ovidio Pérez Morales, nuestro Obispo emérito, asistido por Mons. Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal y anterior pastor diocesano, en cuyo período episcopal este sagrado recinto fue reconstruido. Las iglesias principales (por ej. las que son sedes de parroquias) cuando son de nueva construcción o han tenido una remodelación de fondo se consagran o dedican, tanto el templo como el altar o solamente uno de éstos, según sea el caso. Como el término lo indica, esto significa que el templo pasa a ser un lugar dedicado al culto (liturgia) a Dios donde el pueblo cristiano se reúne para escuchar la Palabra de Dios, orar y alabar al Señor y sobre todo para celebrar los sacramentos, especialmente la eucaristía, pero también el bautismo, la confirmación, el matrimonio, el orden sacerdotal, la penitencia o confesión. El centro del templo cristiano o iglesia es el altar, que se consagra o dedica para la celebración del sacrificio eucarístico, memorial de la muerte de Cristo, y sobre el cual se consagra el pan y el vino con las palabras de Jesús en la última cena: esto es mi cuerpo, esta es mi sangre. El aniversario de la dedicación debe celebrarse solemnemente en la iglesia consagrada.

45º años de la fundación de la Diócesis de Los Teques: El templo cristiano o iglesia es imagen de la Iglesia viva, cuya cabeza es Cristo, quien con su muerte y resurrección ha convocado a los hombres a la salvación y los ha reunido en un solo pueblo, para que como templo de Dios edificado con piedras vivas le rinda culto en espíritu y en verdad. Esta Iglesia viva se hace para nosotros realidad concreta en la Iglesia particular o local diocesana. Precisamente el pasado 23 de julio se cumplieron 45 años de su fundación por el Papa Pablo VI en el año de 1965, erigida mediante la Bula “Amor Ille” (Aquel Amor). Nuestra Diócesis de Los Teques ha querido reafirmar su compromiso de ser signo e instrumento de salvación para los hombres y mujeres que peregrinan en los Altos Mirandinos y los Valles del Tuy, predicando el Evangelio y dando testimonio de Jesucristo, impulsada por un deseo de una profunda renovación pastoral, personal y comunitaria, animada por las conclusiones del Concilio Plenario de Venezuela y realizando con entusiasmo la Misión Continental Evangelizadora en la que toda la Iglesia de América Latina está empeñada. Dando su aporte además para la gestación de una nueva sociedad, más justa, fraterna y solidaria, en la que se superen las desigualdades, la intolerancia y toda clase de injusticia, y en la que se realice la civilización del amor, para que reine Jesucristo y prevalezcan las virtudes y los valores del Evangelio.

Clausura diocesana del Año Sacerdotal: Finalmente, hemos querido en este día añadir un gesto público de adhesión de la Diócesis al Año Sacerdotal que hace más de un mes, en la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el 11 de junio, clausuraba el Papa Benedicto XVI, un año después de su convocatoria. Recordemos que este año jubilar fue convocado bajo el lema “fidelidad de Cristo, fidelidad del sacerdote”, con ocasión de los 150 años del tránsito hacia la gloria de San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars, modelo de buen pastor, y que ha sido proclamado por el Santo Padre “patrono de los sacerdotes”. Recordemos que el objetivo de este jubileo ha sido “promover el compromiso de renovación interior de todos los sacerdotes, para que su testimonio evangélico en el mundo de hoy sea más intenso e incisivo” (Benedicto XVI, Carta de convocatoria). En la homilía de la misa de clausura el Papa ha dicho que "el sacerdote no es simplemente alguien que detenta un oficio. Por el contrario, el sacerdote hace lo que ningún ser humano puede hacer por sí mismo: pronunciar en nombre de Cristo la palabra de absolución de nuestros pecados, cambiando así, a partir de Dios, la situación de nuestra vida. Pronuncia sobre las ofrendas del pan y el vino las palabras de acción de gracias de Cristo, que abren el mundo a Dios y lo unen a Él. Por tanto, el sacerdocio no es un simple ‘oficio’, sino un sacramento”. Y ha finalizado con esta oración: “Señor haz que seamos personas vivas, vivas por tu fuente, y danos ser también nosotros fuente, de manera que podamos dar agua viva a nuestro tiempo. Te agradecemos la gracia del ministerio sacerdotal. Bendícenos y bendice a todos los hombres de este tiempo que están sedientos y buscando". AMÉN.


† Freddy J. Fuenmayor S.
Obispo de Los Teques




domingo, 25 de julio de 2010

Aqui esta la Portada del Boletin Parroquial


ESTE 1RO DE AGOSTO SERA EL LANZAMIENTO DEL BOLETIN PARROQUIAL EN EL TEMPLO DE SANTA TERESA DEL TUY A LAS 10:00 AM
TE ESPERAMOS

Quien reza, “nunca reza solo”, asegura Benedicto XVI

CASTEL GANDOLFO, domingo, 25 de julio de 2010 (ZENIT.org).- "Quien reza nunca reza solo", aseguró este domingo Benedicto XVI, aclarando que la oración de cada creyente se une a la oración de la Iglesia.

El pontífice meditó este domingo junto a los peregrinos congregados en la residencia pontificia de Castel Gandolfo en el pasaje evangélico de la liturgia de este día, solemnidad del apóstol Santiago, en el que el evangelista Lucas presenta cómo Jesús enseñó el Padrenuestro.

"Nos encontramos ante las primeras palabras de la Sagrada Escritura que aprendemos desde niños. Se imprimen en la memoria, plasmando nuestra vida, nos acompañan hasta la última respiración", constató el Papa.

"Cada vez que rezamos el Padrenuestro, nuestra voz se entrecruza con la de la Iglesia, pues quien reza nunca reza solo", aseguró el pontífice.

Por eso, dijo citando la Carta sobre algunos aspectos de la meditación cristiana que publicó en 1989 la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuando el cardenal Joseph Ratzinger era su prefecto: "Todo fiel tendrá que buscar y podrá encontrar en la verdad y riqueza de la oración cristiana, enseñada por la Iglesia, su propio camino, su propia manera de oración... se dejará por tanto conducir... por el Espíritu Santo, que le guía, a través de Cristo al Padre".

El obispo de Roma también citó a santa Teresa de Ávila, cuando invitaba a sus hermanas a suplicar a Dios "que nos libere de todo peligro para siempre y que nos aleje de todo mal. Y por más imperfecto que sea nuestro deseo, esforcémonos por insistir en nuestra petición. ¿Qué nos cuesta pedir mucho, dado que nos dirigimos al Todopoderoso?".

El Santo Padre aclaró que cuando uno reza no está elevando una petición "para satisfacer los propios gustos, sino más bien para mantener la amistad con Dios, quien, como dice el Evangelio, 'dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan'".

"Lo han experimentado los antiguos "padres del desierto" y los contemplativos de todos los tiempos, convertidos, por la oración, en amigos de Dios"

Al final del Ángelus, dirigiéndose a los fieles polacos, les recordó que en la oración "se manifiesta nuestra fe y nuestra confianza en la Divina Providencia. Acordémonos de la oración, ya sea durante el cansancio de nuestro trabajo cotidiano, ya sea en los momentos de descanso de nuestras vacaciones".

Benedicto XVI: El que pide a Dios, recibe


CASTEL GANDOLFO, domingo, 25 de julio de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos las palabras que dirigió Benedicto XVI este domingo a mediodía al rezar la oración mariana del Ángelus junto a los peregrinos congregados en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo.

* * *
Queridos hermanos y hermanas:

El Evangelio de este domingo nos presenta a Jesús recogido en oración, algo apartado de sus discípulos. Cuando terminó, uno de ellos le dijo: "Señor, enséñanos a orar" (Lucas 11, 1). Jesús no puso objeciones, no habló de fórmulas extrañas o esotéricas, sino que con mucha sencillez dijo: "Cuando oréis, decid: Padre...", y les enseñó el Padrenuestro (Cf. Lucas 11, 2-4), tomándolo de su misma oración, con la que se dirigía a Dios, su Padre. San Lucas nos refiere el Padrenuestro de una forma más breve que en el Evangelio de san Mateo, que ha pasado a formar parte del uso común. Nos encontramos ante las primeras palabras de la Sagrada Escritura que aprendemos desde niños. Se imprimen en la memoria, plasmando nuestra vida, nos acompañan hasta la última respiración. Revelan que "no somos todavía de manera plena hijos de Dios, pero tenemos que llegar a serlo cada vez más a través de nuestra comunión más profunda con Jesús. Ser hijos es equivalente a seguir a Cristo" (Benedicto XVI, "Gesù di Nazaret", Milán 2007, p. 168, "Jesús de Nazaret", La esfera de los libros).

Esta oración acoge y expresa también las necesidades materiales y espirituales: "Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas" (Lucas 11, 3-4). Precisamente a causa de las necesidades y dificultades de cada día, Jesús exhorta con fuerza: "Os aseguro: pedid y se os dará, busca y encontraréis, llamad y se os abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre" (Lucas 11, 9-10). No es pedir para satisfacer los propios gustos, sino más bien para mantener la amistad con Dios, quien, como dice el Evangelio, "dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan" (Lucas 11, 13). Lo han experimentado los antiguos "padres del desierto" y los contemplativos de todos los tiempos, convertidos, por la oración, en amigos de Dios, como Abraham, que pidió al Señor que salvara a los pocos justos del exterminio de la ciudad de Sodoma (Cf. Génesis 18, 23-32). Santa Teresa de Ávila invitaba a sus hermanas, diciendo: tenemos que suplicar a Dios que nos libere de todo peligro para siempre y que nos aleje de todo mal. Y por más imperfecto que sea nuestro deseo, esforcémonos por insistir en nuestra petición. ¿Qué nos cuesta pedir mucho, dado que nos dirigimos al Todopoderoso?" (Cf. Cammino, 60 (34), 4, in Opere complete, Milano 1998, p. 846). Cada vez que rezamos el Padrenuestro, nuestra voz se entrecruza con la de la Iglesia, pues quien reza nunca reza solo. "Todo fiel tendrá que buscar y podrá encontrar en la verdad y riqueza de la oración cristiana, enseñada por la Iglesia, su propio camino, su propia manera de oración... se dejará por tanto conducir... por el Espíritu Santo, que le guía, a través de Cristo al Padre" (Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta sobre algunos aspectos de la meditación cristiana - Orationis formas, 15 de octubre de 1989, 29).

Hoy se celebra la fiesta del apóstol Santiago, llamado "el Mayor", que dejó a su padre y el trabajo de pescador para seguir a Jesús y por él fue el primer apóstol en dar la vida. ¡De corazón dirijo un saludo especial a los peregrinos que en gran número se han congregado en Santiago de Compostela! Que la Virgen María nos ayude a redescubrir la belleza y la profundidad de la oración cristiana.

[Tras rezar el Ángelus, el Papa saludó a los peregrinos en varios idiomas. En italiano, dijo:]
Queridos hermanos y hermanas: he recibido, con dolor, la noticia de la tragedia acaecida en Duisburg, Alemania, en la que han fallecido numerosos jóvenes. Encomiendo al Señor en la oración a los difuntos, a los heridos, y a sus familiares.
[En español, dijo:]
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española. Queridos hermanos, el Evangelio de hoy nos invita a ser constantes en la plegaria, dirigiéndonos a Dios con la oración que Jesús nos enseñó y los apóstoles nos transmitieron. Precisamente en este domingo, se celebra también la fiesta del Apóstol Santiago, tan venerado desde tiempo inmemorial en Compostela, y de tanto arraigo en vuestros países. En este Año Santo Compostelano, también yo espero unirme allí a los numerosos peregrinos en el próximo mes de noviembre, en un viaje en el que visitaré también Barcelona. Que siguiendo las huellas del Apóstol, recorramos el camino de nuestra vida dando testimonio constante de fe, esperanza y caridad. Feliz domingo a todos.

[Traducción del original italiano realizada por Jesús Colina

©Libreria Editrice Vaticana]

Solidaridad de la Iglesia en América Latina y el Caribe con Haití

BOGOTÁ, sábado, 24 de julio de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos la declaración final del encuentro de obispos presidentes de Conferencias Episcopales de América Latina y El Caribe, en la que se ratifica la solidaridad con Haití, después del terremoto que azotó esta región, el 12 de enero de 2010, y se consolida la ayuda solidaria, material, espiritual y humanitaria para con los hermanos de ese país.

* * *

Los presidentes de las Conferencias Episcopales de América Latina y El Caribe convocados, a solicitud de la Conferencia Episcopal de Haití, por la Presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), se han reunido en Bogotá con el Presidente de la Conferencia Episcopal de Haití, monseñor Louis Kébreau, Arzobispo de Cap-Haitien.

El terremoto del 12 de enero de 2010, no sólo ha movido físicamente la tierra. No sólo ha sido causa de dolor y daño para personas concretas. Ha sido también una llamada de atención para la misma Iglesia en Haití y, desde ella, para la Iglesia que peregrina en América Latina y El Caribe.
Pasados 6 meses en que los hermanos de Haití han recibido apoyo de muchos países y de la Iglesia en América Latina, que ha permitido atender las primeras y más urgentes necesidades, hemos conversado sobre una indispensable segunda etapa. No podemos olvidar a este país hermano, a quien una vez más manifestamos nuestra cercanía y solidaridad. Hemos de mirar con ellos hacia delante.

Es el momento de actuar y proyectar el futuro inmediato. Un camino sereno apoyado en la fe en Jesucristo, Señor de la historia, con la esperanza de la comunión en la caridad de las distintas Conferencias Episcopales. En este espíritu hemos asumido las propuestas expuestas por Monseñor Louis Kébreau en nombre de la Iglesia en Haití, enriquecidas por el diálogo fraterno con los Presidentes de las CCEE presentes en la Reunión.
El CELAM será el interlocutor privilegiado para las CCEE en orden a mantener la continuidad de este diálogo y la puesta en práctica de las siguientes iniciativas:

1. Transmitir la información oportuna y actualizada para continuar la promoción de ayuda humanitaria.
2. Facilitar oportunidades para la formación de agentes: presbíteros, seminaristas y laicos. Sabemos que ellos están viviendo las limitaciones que el momento exige respondiendo en la fe a su vocación.
3. Otorgar becas para seminaristas y para la formación permanente de sacerdotes.
4. Priorizar algunas intervenciones más urgentes y prever los recursos necesarios para la construcción de los seminarios, templos, centros de salud y centros de formación para laicos que los capacite para el liderazgo en el compromiso social de los católicos.

Reconocemos que la Iglesia que peregrina en Haití nos anima a caminar con esperanza para descubrir en este acontecimiento dramático y desafiante el plan de Dios, y crecer como Iglesia misionera en comunión.

Bajo el amparo de Nuestra Madre de Guadalupe, Patrona de América, ponemos en sus brazos a todos aquellos que han sido llamados a la Casa del Padre, entre ellos: el Sr. Arzobispo de Puerto Príncipe, Serge Miot, su Vicario General, Mons. Benoit, su Canciller el P. Chery y muchos sacerdotes, religiosas y religiosos, seminaristas y fieles laicos. A Ella encomendamos así mismo la fecundidad de este encuentro fraterno que hemos vivido.

Bogotá, 23 de julio de 2010